“Por muchos años Asia será el nuevo eje comercial para las exportaciones de carnes”
El gerente de Marketing del INAC afirmó que el liderazgo de ese mercado entre los destinos de las carnes uruguayas “llegó para quedarse por décadas”
¿Qué balance realizó tras una nueva participación del INAC en la Feria de Anuga, en Colonia, Alemania?
El balance es positivo, quedamos muy conformes. Esta feria es la más importante entre las de alimentos, cumplió 100 años y Uruguay con la representación de las carnes va desde 1981. Como toda feria, hay dos grandes objetivos: proveer la mejor funcionalidad comercial posible a los exportadores y presentar una identidad sólida de nuestra marca de carnes y de Uruguay. Además, trabajamos en el relacionamiento, sea con diferentes organizaciones, algunas similares al INAC, con empresas y con el sector público. Otro aspecto relevante para estar presentes es la puesta a punto de la situación global en el comercio que permite. Es una feria a la que asisten todos los compradores y exportadores del mundo, en varios productos. En síntesis, Anuga es una feria ineludible, intensa por cierto, y clave para cualquier exportador e importador de alimentos.
“Debemos cambiar radicalmente nuestro sistema y forma de pensar la ganadería y la exportación de carne”
¿Cómo ve al mercado europeo y qué sucede en Alemania?
El mercado de Europa va en una dirección contraria a la que percibimos ocurre en el resto del mundo. Lo normal es que a esta altura del año el consumo y las importaciones aumenten, con la llegada del invierno y las fiestas de fin de año. Esto no ha sucedido así y en Alemania no es porque el bolsillo de los consumidores esté resentido, pasa por las preocupaciones que han surgido por informaciones que han circulado en los medios de comunicación vinculadas a la sustentabilidad y en particular con el foco en lo que ha sucedido en América del Sur. Eso está restringiendo el consumo de los productos cárnicos en varios países de Europa. A modo de ejemplo, en Inglaterra la universidad de Cambridge retiró todos los menú que incluían carnes rojas. Muchos formadores de opinión están en esa línea. Alemania no escapa a eso y la demanda retraída se encuentra ahora con una mayor oferta de carnes desde Sudamérica, en particular de Argentina y Brasil, con precios a la baja, lo cual también lleva a los importadores a retirarse un poco. Y se agrega la oferta de proteínas no cárnicas, de productos vegetales y hasta de insectos porque hay para lo que uno quiera. Todo eso establece una situación difícil para las empresas de Uruguay, nos lleva a redoblar esfuerzos y pensar estrategias para defender la posición comercial y de la marca.
¿Y qué se observó sobre lo que sucede en el resto del mundo?
La situación es totalmente contraria. Es muy llamativo, debemos tener presente que estamos frente a cambios inéditos en la producción y comercio de proteínas, que como nunca nos estará impactando. El epicentro del cambio ocurre en la oferta de proteínas, más específicamente de cerdo, en China, pero el impacto es a escala global. En China ya va una década con tendencia de aumento sostenido y a tasas muy altas en la importación de carne vacuna. Se ha dado por una política del gobierno de 2010, favoreciendo la importación directa, minimizando lo que eran llamados canales grises, el contrabando. Esa tendencia cobró su mayor magnitud e intensidad de la mano del brote de la peste porcina africana, con una producción interna absolutamente diezmada. Eso generará un faltante de al menos 23 millones de toneladas de carne de cerdo entre este año y el que viene. Y eso no hay manera de compensarlo. Estamos en un momento único para el comercio de las proteínas, nunca hubo un quiebre tan grande de la producción y de la oferta, de esta magnitud. El resultado es un redireccionamiento brusco y veloz de los circuitos de comercio, a una velocidad fenomenal que nos lleva a repensar cómo producir. Más de la mitad de las importaciones de carne vacuna ocurren en Asia, mientras que Europa representa el 4%. La peste porcina es coyuntural y dramática. Pero que Asia precisa alimentos, precisa importar y todo lo estructura para facilitar y aumentar su comercio es una tendencia consolidada. Europa es lo contrario. Por eso vemos, además, que los países asiáticos y me refiero a Japón, Corea, China y los del sudeste asiático están bajando sus aranceles de importación y la protección a las importaciones. Es una señal contundente, es una invitación a producir más y mejor. La oportunidad es enorme. Por muchos años Asia será el nuevo eje comercial para las exportaciones de carnes desde Uruguay y eso llegó para quedarse por décadas. Tengamos presente que China ya es el principal importador de carne vacuna del mundo, este año superará los US$ 7.000 millones. Por otro lado, hay que analizar que el Nafta, en particular Estados Unidos que es otro centro productor, exportador e importador de carne vacuna muy grande, también está desde hace cuatro años con un consumo per cápita creciente y lo va seguir aumentando, lo que pasa es que los niveles de producción son también altos y por tanto mantiene estable sus necesidades de importación. Esto que sucede en Asia y en el Nafta es lo opuesto a lo que pasa en Europa, donde hay un consumo en retroceso y sin necesidades de importaciones mayores a las que tiene hoy. Europa solo precisa importar pequeñas cantidades y de carnes de alta calidad, no le interesa importar más. Debemos cambiar radicalmente nuestro sistema y forma de pensar la ganadería y la exportación de carne. En el mundo se consume cada vez más carne vacuna y cada año se comercializa más.
Todo eso se nota fácilmente en las exportaciones de Uruguay.
Sí, las exportaciones a China crecen 31% en volumen en lo que va del año, a Europa bajan 17% y en el Nafta bajan 3%, bajando fuertísimo en Israel y en el Mercosur. Hay un redireccionamiento de las colocaciones hacia Asia, particularmente hacia China. Es de esperar que tengamos en 2020 más exportaciones a China y menos a Europa y a Estados Unidos.
¿Ese panorama mundial cómo incidió en el stand de Uruguay?
La concurrencia de gente al stand fue menor a la de otros años, había mucha presencia de compradores chinos, obviamente, pero la actividad se dirigió más a los stands de Argentina y Brasil, porque tienen volumen de producto para ofrecer y precios competitivos. En Uruguay estamos con la oferta restringida, la faena en retroceso y, además, si miramos la composición vemos que la participación de los novillos viene decreciendo. Y eso se acentuará al menos en 2020. Dependerá de cuánto se acelere el engorde del ganado. Esto no es menor: para posicionar cualquier marca el volumen también es importante porque genera presencia en los mercados, en particular el volumen de carne de calidad. Para satisfacer a los consumidores de Alemania, Japón o China se precisa contar con lo mejor, en cantidad y con continuidad. Por otro lado, a la oferta inelástica de Uruguay se suma una situación bastante inédita: que los precios del ganado en la región estén 40% o más por debajo que en Uruguay. Este hecho presenta enormes desafíos a los exportadores y desde luego se refleja en la actividad comercial.
“Para satisfacer a los consumidores de Alemania, Japón o China se precisa contar con lo mejor, en cantidad y con continuidad”
¿Qué pasó con las degustaciones de las carnes uruguayas?
Hubo degustaciones en el stand en los cuatro días, también una en el restaurante Rheinterrassen para una buena parte de los clientes de los exportadores y hubo una promoción en Colonia, con cartelería en 23 puntos. Alemania es uno de los tres países donde INAC viene invirtiendo en campañas, con acciones de construcción de marca y promoción, con objetivos de mediano y largo plazo. En Alemania lo hacemos con la cadena de restaurantes Block House, en una alianza que viene creciendo muchísimo, con quienes también estamos promoviendo la carne uruguaya en los supermercados Edeka. La recepción al producto de Uruguay es muy buena. Debemos tener presente que el origen Uruguay es desconocido para los consumidores y en parte eso se debe al volumen. Una de las razones del reconocimiento que tiene Argentina es que históricamente exportaba a Alemania 15 o 20 veces más. Eso cambió en la última década, nos acercamos a una relación de casi cuatro a uno, aumentamos el volumen exportado de carne enfriada de calidad y eso se ha reflejado en un mejor posicionamiento de la marca carne Uruguay, continuidad de las compras y precios de paridad o mejores que Argentina. De todos modos, la apuesta es en el largo plazo y lo clave es mantener una inversión creciente, focalizada, más agresiva en la construcción de la marca.